Moho en la lavadora – riesgos, causas principales y consejos prácticos

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Un olor desagradable que sale del tambor suele ser la primera señal de que la humedad ha dado paso al moho. No se trata solo de una molestia durante el lavado: este problema puede dañar el electrodoméstico y, lo que es más serio, afectar a la salud.

Por qué el moho en la lavadora es un problema

La presencia de moho resulta especialmente preocupante para quienes tienen el sistema inmunitario debilitado, padecen enfermedades respiratorias crónicas o sufren alergias. Además de los riesgos para la salud, acelera el desgaste de las piezas internas, reduce la eficacia del lavado y con el tiempo puede provocar averías.

Principales causas del crecimiento de moho

Alta humedad en el baño

Como la mayoría de las lavadoras se instalan en el baño, la humedad de este espacio ofrece un entorno favorable para el moho. Si no es posible mover el aparato, resulta esencial garantizar la ventilación y la circulación del aire.

Cerrar la puerta demasiado pronto

Si la puerta se sella de inmediato tras el lavado, el calor y la humedad quedan atrapados en el tambor, lo que genera las condiciones perfectas para que aparezca moho. Los expertos aconsejan dejarla entreabierta para que la máquina se ventile.

Cajetín de detergente sucio

Los restos de polvo y gel, combinados con agua, permanecen en el compartimento del detergente después de cada lavado. Esta mezcla se convierte en un terreno ideal para el moho. Limpiar y secar la bandeja con regularidad evita la contaminación.

Lavados frecuentes con agua fría

Los ciclos solo con agua fría no eliminan las esporas de moho. De vez en cuando es necesario realizar un lavado con agua caliente o emplear productos específicos contra los hongos.

Filtros y desagüe obstruidos

El agua retenida en filtros o desagües genera focos de humedad donde el moho se multiplica sin ser detectado. Un mantenimiento periódico y la limpieza de estas piezas ayudan a reducir el riesgo.

Suciedad en juntas de goma y mangueras

Las juntas de goma y las mangueras acumulan fácilmente humedad y restos de detergente. Sin cuidado, se convierten rápidamente en puntos críticos de moho. Limpiarlas y secarlas de forma periódica contribuye a eliminar los malos olores y a proteger el electrodoméstico.

La prevención marca la diferencia

La limpieza constante, la ventilación adecuada y el control de la humedad son medidas sencillas que protegen tanto la máquina como la salud. Estos pequeños hábitos alargan la vida útil del aparato y evitan la aparición de moho y el olor desagradable que lo acompaña.