Limpieza del horno con limón: fácil, ecológica y sin químicos

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Limpiar el horno suele considerarse una tarea pesada. Las bandejas y rejillas cubiertas de grasa incrustada pueden parecer imposibles de recuperar. Pero la solución podría estar ya sobre tu encimera. Un simple limón puede convertirse en un gran aliado para deshacerse de la suciedad acumulada.

¿Por qué usar limón?

El limón actúa como un limpiador natural. Sus ácidos ayudan a descomponer la grasa y los residuos quemados, y a diferencia de muchos productos industriales, no representa un riesgo para la salud. Apostar por el limón permite evitar químicos fuertes y, además, cuidar el bolsillo.

Cómo utilizar limón en el horno

Después de cocinar, cuando el horno aún conserva el calor y la grasa está más blanda, se puede tomar medio limón y clavarlo en un tenedor: ese será el “cepillo”. Con él se frotan las superficies sucias de las bandejas o rejillas, como si se usara un estropajo convencional.

Esta técnica sencilla se adapta fácilmente a la rutina después de cocinar y permite mantener el horno limpio sin esfuerzo adicional ni gastos innecesarios.

Consejos extra

Para manchas viejas y resistentes: Se recomienda combinar el limón con bicarbonato de sodio. Basta con espolvorear un poco de bicarbonato sobre la zona afectada y frotar con la mitad del limón. El efecto se nota más intenso gracias a esta mezcla.

Para una limpieza profunda: Aplicar jugo de limón sobre la superficie y dejar actuar durante la noche. Por la mañana, pasar un paño húmedo para retirar los restos.

Antes de recurrir a productos costosos y llenos de químicos, vale la pena revisar lo que hay en casa. Un limón puede eliminar la suciedad y dejar un suave aroma cítrico, haciendo que el cuidado del horno sea mucho más simple de lo que parece.