Recupera la suavidad de tus toallas sin suavizante ni productos caros

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Es habitual que muchas personas noten cómo sus toallas de felpa, que antes eran mullidas, terminan endureciéndose tras varios lavados. Ni siquiera el suavizante parece devolverles esa textura confortable. Pero no hay que resignarse: existe una técnica sencilla, aplicada por personal de limpieza en hoteles, que ayuda a recuperar la suavidad sin recurrir a productos especiales.

Un método práctico que usan en los hoteles

El aliado inesperado en este proceso es el sal de mesa común. Solo se necesitan entre 2 y 3 cucharadas soperas de sal refinada para empezar.

Paso a paso

  1. Preparar la solución. Disolver 2 o 3 cucharadas de sal en un litro de agua fría. Es importante asegurarse de que los cristales se disuelvan por completo antes de continuar.
  2. Dejar en remojo. Colocar las toallas ásperas dentro del recipiente con la solución y dejarlas reposar durante 30 minutos. Este tiempo permite que la sal actúe en profundidad sobre las fibras y contribuya a suavizarlas.
  3. Aclarar y secar al aire libre. Enjuagar las toallas con agua limpia y fresca. Escurrirlas suavemente —evitando retorcer con fuerza para no dañar el tejido— y colgarlas en un espacio bien ventilado, como un balcón o cualquier zona exterior con buena circulación de aire.

El resultado

Una vez secas al aire, las toallas recuperan una textura suave y agradable. Esta alternativa simple y económica permite prolongar su buen estado sin necesidad de usar productos costosos ni suavizantes industriales. Puedes recurrir a este truco siempre que lo necesites para conservar esa sensación de comodidad en casa.