Por qué tu frigorífico zumba con las oscilaciones de voltaje y cómo evitarlo

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Tras oscilaciones de voltaje leves pero frecuentes, muchos propietarios de frigoríficos notan un cambio: el ronroneo constante cede el paso a un zumbido persistente. En la mayoría de los casos no se trata de una avería, sino de la señal de que el compresor trabaja más de la cuenta para compensar una alimentación inestable.

Los frigoríficos son especialmente sensibles a las variaciones de tensión. Incluso picos pequeños hacen que el motor arranque forzado, aumentan la carga y generan ese zumbido inconfundible.

Por qué las oscilaciones de voltaje afectan más a los frigoríficos

No es casualidad que en este tipo de electrodoméstico el punto vulnerable sea el compresor. Está diseñado para trabajar con una alimentación estable. Cuando la red titubea, el compresor intenta compensar, consume más recursos y suena más alto de lo habitual. Con fluctuaciones regulares, las piezas se desgastan más rápido y la vida útil se acorta. Como la nevera sigue funcionando, muchos pasan por alto el cambio de sonido.

Una vía asequible para aliviar la carga

Los técnicos recomiendan interponer un filtro de línea estándar entre el enchufe y el frigorífico. No es un estabilizador profesional, pero aporta algo útil: suaviza pequeñas variaciones que disparan el ruido adicional.

Un filtro así no salvará el aparato de subidas bruscas ni de cortes, pero sí puede proteger el compresor de interferencias menores y constantes que a menudo desencadenan el zumbido.

Cuándo hay motivo para preocuparse

Hay algunas señales de alarma que indican que el ruido no es solo una reacción pasajera y que conviene llamar al servicio técnico:

  • El frigorífico zumba incluso con el suministro estable;
  • El sonido viene acompañado de vibración de la carcasa;
  • El rendimiento de enfriamiento ha disminuido;
  • El compresor se pone en marcha con demasiada frecuencia.

En esos casos, el ruido es solo un síntoma. La causa puede ser el desgaste de componentes, una fuga de refrigerante o problemas en el termostato.

La prevención que muchos pasan por alto

Para que el frigorífico se mantenga silencioso y duradero, basta con unos hábitos sencillos:

  • Conectarlo a un enchufe exclusivo, sin compartirlo con hervidores eléctricos o microondas;
  • Evitar alargadores viejos;
  • Asegurar ventilación alrededor de la carcasa para que el motor no se sobrecaliente;
  • Si las oscilaciones de voltaje son frecuentes, valorar la compra de un estabilizador.

Incluso pasos pequeños pueden alargar la vida del aparato y evitar ese ruido innecesario.