Recupera el blanco original de tus fundas con estos métodos

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No importa cuánto las cuidemos: con el paso del tiempo, incluso las fundas de almohada más queridas pueden adquirir un tono amarillento. Más allá de la calidad del tejido, la blancura inicial suele desvanecerse poco a poco. Las causas son variadas —desde errores en el ciclo de lavado hasta el simple desgaste por uso—, pero la solución no tiene por qué ser complicada.

Dos métodos que realmente funcionan

Uno de los más antiguos y eficaces es hervir las fundas. Este recurso clásico sigue siendo una forma confiable de devolver el blanco a las telas, gracias a la acción del agua caliente.

Otra opción sencilla y práctica es utilizar un quitamanchas con base de oxígeno. Solo hay que disolver una medida del producto en agua tibia, sumergir las fundas durante unas horas y luego lavarlas normalmente. Cuando se usa según las instrucciones, este método ayuda a eliminar el tono amarillento, revitaliza el tejido y puede prolongar la vida útil de la ropa de cama. Además, estos productos son accesibles y fáciles de encontrar en la mayoría de las tiendas.

Buenos hábitos que marcan la diferencia

Antes de lavar, es clave revisar las etiquetas de cuidado: un programa incorrecto puede arruinar el resultado. Elegir detergentes específicos para ropa blanca ayuda a mantener el brillo lavado tras lavado. Y no menos importante, lavar con regularidad evita que las manchas amarillas se fijen.

Con estos pasos sencillos, tus fundas pueden recuperar su blancura y frescura, y tu cama volverá a lucir tan acogedora como el primer día.