Cómo aprovechar un limón reseco para limpiar sin químicos

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La escena resulta familiar: un limón olvidado en el fondo del frigorífico, con la piel apagada y la pulpa endurecida. Lo lógico parece tirarlo. Pero, antes de hacerlo, vale la pena pensar en una forma sencilla de aprovecharlo en casa.

Un limón que empieza a secarse no ha perdido su utilidad. Al contrario, puede transformarse en un pequeño aliado doméstico, eficaz y fácil de usar.

Una de las formas más simples y efectivas de reutilizar medio limón reseco es para limpiar grifos y superficies del baño. Solo hay que frotar la parte cortada sobre la zona deseada. Su acidez natural ayuda a eliminar residuos y acumulaciones difíciles, con suavidad pero a fondo. Además, deja un aroma fresco y ligero que da sensación inmediata de limpieza.

¿Por qué optar por un limón en vez del limpiador habitual?

Porque así se evitan productos químicos agresivos, lo que favorece tanto a la salud como al entorno. Porque si el limón ya está en casa, no supone ningún gasto adicional. Y porque no se necesitan habilidades especiales para conseguir un acabado brillante y sin marcas.

La próxima vez que encuentres un limón marchito, no lo descartes sin pensarlo. A veces, lo cotidiano y olvidado puede convertirse en una solución útil, si se le da una segunda oportunidad con un poco de imaginación.