La leche como remedio casero para salvar ropa teñida

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No importa cuántas veces hayamos puesto la lavadora o cuántos consejos hayamos escuchado: los pequeños errores con la ropa siguen ocurriendo. Una camisa favorita que aparece teñida por error puede parecer una pérdida. Pero, sorprendentemente, la solución puede estar justo en la cocina: la leche. Sí, la leche común y corriente.

El procedimiento no tiene complicación, aunque requiere un poco de paciencia. Lo primero es calentar la leche hasta que esté tibia —lo justo para que resulte agradable al tacto, sin llegar a hervir—. Luego se vierte en un recipiente amplio y se introduce por completo la prenda afectada. Nada de mezclar con agua.

La prenda debe permanecer en remojo durante seis horas. Pasado ese tiempo, se enjuaga con cuidado usando agua templada, y se lava después como de costumbre en la lavadora. Si el resultado no es el esperado tras el primer intento, es posible repetir el proceso sin problema.

¿Y por qué funciona? Las proteínas y grasas de la leche interactúan con las fibras del tejido, favoreciendo que los colores originales reaparezcan y se fijen. No se trata de un blanqueador químico, sino más bien de un tratamiento suave que ayuda a devolverle vida al material.

Antes de rendirte con esa prenda desteñida o con manchas de tinte, dale una oportunidad a este método tan simple como sorprendente. A veces, la respuesta está justo donde menos la imaginamos.