Qué ingredientes evitar en limpiacristales para proteger tus marcos

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Con los pasillos repletos de productos para el hogar, es fácil llevarse a casa un spray que promete brillo de escaparate y terminar con marcos estropeados o cristales con velos. La clave, insisten los especialistas, está en leer la fórmula: de ella depende si la limpieza será segura o un disgusto. La doctora en Ciencias Químicas Tatyana Chalykh explica qué sustancias pueden dañar distintos tipos de marcos y por qué no todo producto popular es tan inocuo como parece.

Qué debería encender las alarmas en la fórmula

En marcos de madera lacada, el principal enemigo es el amoníaco: degrada el acabado, deja una película opaca y arruina el aspecto. También resultan arriesgadas para la madera las concentraciones elevadas de aminas y alcoholes —por encima del 5%—. Las ventanas de PVC son más tolerantes: tanto los perfiles como las juntas de goma suelen soportar la mayoría de productos. Aun así, es más seguro buscar fórmulas basadas en:

  • agua
  • vinagre
  • tensioactivos no iónicos
  • alcohol isopropílico (hasta el 5%)

Estas mezclas limpian con suavidad y mantienen las superficies intactas.

Fórmulas que exigen un extra de precaución

Algunos limpiadores arrasan con la suciedad incrustada y las marcas de insectos, pero piden mano cuidadosa. Entran aquí los productos con niveles elevados de:

  • tensioactivos
  • alcohol isopropílico
  • amoníaco

Son eficaces contra la suciedad rebelde, aunque también incluyen monoéteres de glicol, oxietanol y derivados del etilenglicol. La piel y los ojos no se llevan bien con estos componentes, así que lo sensato es seguir las instrucciones al pie de la letra, usar guantes y, cuando haga falta, protección ocular.

Qué tan peligrosos son los vapores de limpieza

Los fabricantes indican en la etiqueta los posibles alérgenos, y los olores intensos suelen camuflarse con fragancias, sobre todo en fórmulas potentes. Pese al olor característico, los vapores de vinagre, amoníaco o alcohol isopropílico no representan una amenaza seria: se dispersan rápido.

El contacto con la piel es otra historia: puede aparecer enrojecimiento, irritación o una leve hinchazón. Un par de guantes evita ese capítulo a bajo coste.

¿Y la toxicidad?

La mayoría de los ingredientes activos de los limpiacristales están muy diluidos —normalmente no superan el 5%—. A esa concentración, el uso habitual no suele provocar problemas de salud perceptibles. En resumen, conviene escoger un producto acorde al material de los marcos y a tus preferencias, sin preocuparse de más por daños serios debidos a la propia fórmula.