Cómo cultivar pimienta negra en interior: semillas, luz y cosecha

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La pimienta negra es un básico de la cocina, aunque pocos saben que puede cultivarse en casa. Esta liana tropical pide calor, humedad y paciencia; con los cuidados adecuados se convierte no solo en un toque exótico para el interior, sino también en una fuente real de granos aromáticos.

Qué conviene saber de la planta

Originaria de la India, la pimienta negra prospera con aire húmedo, luz difusa y un suelo rico en nutrientes. Si se le dan esas condiciones, puede fructificar dos veces al año y seguir dando alegrías durante décadas. La pega: cultivada desde semilla puede tardar hasta siete años en producir. Aun así, muchos aficionados optan por este camino: la enredadera es vistosa, poco común, y el condimento casero se siente como una recompensa.

Cómo elegir y preparar las semillas

La frescura es clave. Los granos de los sobres de especias casi nunca germinan porque han sido tratados con calor. Para sembrar, utiliza semillas con no más de un año. Antes de llevarlas al sustrato, déjalas en remojo en agua caliente durante la noche; así brotan con mayor rapidez.

Siembra de la pimienta negra

Funciona mejor un suelo franco y rico en materia orgánica. Siembra de manera superficial —a unos 0,6 cm de profundidad— y deja cerca de 7,5 cm entre semillas. Mantén el sustrato siempre húmedo. A la pimienta le encanta el calor, así que apunta a unos 26 °C. La germinación puede tardar hasta un mes. Cuando las plántulas superen los 15 cm, pásalas a macetas individuales.

Cuidados de la pimienta en interior

En interior, la enredadera tiene unos requisitos básicos.

Luz

Prefiere al menos seis horas de sol al día. En casa, le va mejor una ventana con luz intensa por la mañana.

Suelo y humedad

A diferencia de muchas plantas de interior, la pimienta negra agradece la humedad constante. El sustrato debe retener bien el agua sin encharcarse. Riega la enredadera con regularidad. Un humidificador también ayuda, recreando el ambiente tropical que prefiere.

Cuándo cosechar

Los frutos de la pimienta negra crecen en racimos y empiezan verdes. Al madurar se vuelven rojos: es la señal para recolectarlos. Extiende los granos rojos en una bandeja y sécalos al menos tres días. Al sol o en un deshidratador, se van tornando negros y firmes: justo el aspecto que reconocemos en la cocina. Guarda los granos secos en recipientes herméticos para que no pierdan aroma.

El toque final: convertir la cosecha en especia

Para obtener la clásica pimienta negra, basta con moler los granos en un molinillo justo antes de usarlos. Recién molida, la fragancia es más intensa, y una remesa cultivada en casa aporta a los platos un matiz muy propio.