Cuello enfriado: cómo aliviar el dolor y cuándo ir al médico

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El dolor de cuello tras pasar por una corriente de aire o exponerse al frío es una queja conocida: suele ser más molesta que alarmante. A menudo indica miositis, una inflamación muscular que se manifiesta con rigidez, sensibilidad al girar la cabeza y una incomodidad leve.

Qué quiere decir la gente con un “cuello enfriado”

Cuando se habla de “cuello enfriado”, por lo general se está describiendo una inflamación del músculo. El cuadro típico combina dolor al girar la cabeza, sensación de tirantez y una molestia discreta pero persistente.

Por qué el frío puede inflamar los músculos

El frío reduce la elasticidad de los músculos. A partir de ahí, un movimiento brusco —o incluso una tensión habitual— puede provocar microdesgarros. Si se acumulan muchas de estas lesiones diminutas, aparecen la inflamación y la hinchazón, y el dolor se intensifica. En ocasiones, los virus del resfriado común o de la gripe actúan como detonante; en esos casos, los ganglios linfáticos pueden doler y mover el cuello resulta más doloroso.

Cuándo hay que buscar atención médica urgente

En la mayoría de los casos, el “cuello enfriado” se resuelve solo en unos días. Aun así, hay señales de alarma que obligan a consultar sin demora:

  • Dolor tras una caída o un accidente;
  • Rigidez marcada del cuello e incapacidad para flexionar o extender la cabeza;
  • Náuseas, vómitos o sensibilidad a la luz;
  • Debilidad notable en las piernas o dificultad para mover los brazos;
  • Dolor que persiste durante varias semanas junto con pérdida de peso;
  • Ganglios linfáticos aumentados de tamaño de forma persistente;
  • Fiebre alta que interfiere con el sueño.

Si aparece cualquiera de estas señales, conviene acudir de inmediato al médico de atención primaria o contactar con los servicios de emergencia.

Qué alivia el dolor habitual

Si no hay señales de alerta, no es necesario limitar la actividad. El movimiento suave ayuda a que el músculo se recupere antes, a menudo con mejores resultados que mantener el cuello inmóvil todo el día.

Compresas calientes o frías

  • El calor relaja el músculo; el frío reduce la hinchazón;
  • Nunca coloque la compresa directamente sobre la piel: utilice una tela como barrera;
  • No mantenga el hielo más de 20 minutos seguidos;
  • No duerma con la compresa puesta; retírela si causa molestia.

Analgésicos de venta libre

Medicamentos como el ibuprofeno alivian el dolor y la inflamación. Asegúrese de que sean compatibles con otros fármacos que esté tomando, especialmente si cursa con resfriado o gripe.

Cremas musculares

Los productos con mentol, salicilatos o capsaicina brindan una sensación de calor que distrae del dolor, pero no resuelven por completo la inflamación. Antes de usarlos, se recomienda probarlos en una pequeña zona de piel y evitar combinarlos con una compresa.

El cuidado básico del cuello y una vigilancia sensata de los síntomas suelen acelerar la recuperación y ayudan a evitar complicaciones. El dolor leve no exige alarmarse, pero conviene tomar en serio las señales de advertencia.