15:25 13-10-2025
Cómo limpiar la campana extractora y mantener su potencia
Generado por Dall-e
Descubre por qué tu campana extractora pierde potencia y aprende a limpiar los filtros con vapor o sosa para mantener el aire fresco y prolongar su vida útil.
Por qué la campana extractora pierde potencia
Con el paso del tiempo, la campana extractora puede dejar de eliminar eficazmente el vapor y los olores. La grasa se acumula en los muebles y el aire en la cocina se vuelve más pesado. La causa principal suele ser sencilla: los filtros se obstruyen poco a poco con grasa y dificultan la circulación del aire.
El vapor, un aliado seguro para limpiar
No es necesario recurrir a productos químicos agresivos para limpiar los filtros metálicos. Una de las formas más sencillas y eficaces es utilizar vapor.
Un chorro de vapor caliente, proveniente de una plancha de vapor o un limpiador a vapor, ablanda y disuelve incluso la grasa más incrustada. Después, basta con enjuagar los filtros con agua tibia y un poco de detergente para platos.
Cómo tratar la suciedad más persistente
Si los filtros no se han limpiado durante mucho tiempo, el detergente habitual puede no ser suficiente. En ese caso, el carbonato de sodio —también conocido como sosa de lavado— resulta muy útil. Disuelve unas cucharadas del polvo en agua caliente y deja los filtros en remojo durante 30 a 40 minutos.
Este método elimina eficazmente las capas gruesas de grasa sin dañar el metal. Es importante evitar los polvos abrasivos y los cepillos duros, ya que pueden rayar la superficie protectora.
Cuándo es necesario cambiar el filtro
Algunas campanas extractoras cuentan con filtros de carbón activado diseñados para absorber los olores. A diferencia de los filtros metálicos, estos no se pueden lavar y deben reemplazarse siguiendo las indicaciones del fabricante, normalmente cada pocos meses.
Cuidar la superficie exterior
La parte exterior de la campana también acumula grasa, especialmente cerca de la rejilla de ventilación. Para limpiarla, basta con un paño suave y una solución jabonosa. Tras la limpieza, conviene secar bien la superficie para evitar manchas o residuos.
La constancia es la clave
Los filtros deben limpiarse cada uno a tres meses, según la frecuencia con la que se cocine. Después del lavado, es fundamental asegurarse de que todas las piezas estén completamente secas para evitar la formación de óxido.
Un mantenimiento regular permite conservar la potencia de la campana y prolongar su vida útil. Una limpieza sencilla de los filtros elimina los malos olores, reduce el consumo de energía y devuelve a la cocina un aire más fresco y ligero.