13:08 16-09-2025

3 errores comunes de microondas que pueden dañarlo

Descubre los 3 errores más frecuentes al usar el microondas que pueden dañarlo. Aprende cómo evitar fallos y alargar la vida de tu electrodoméstico fácilmente.

El microondas se ha convertido desde hace años en un elemento imprescindible en las cocinas modernas. Ahorra tiempo, facilita el recalentado de los platos y simplifica la preparación diaria. Sin embargo, como cualquier otro electrodoméstico, necesita cuidados básicos. Si quieres que dure más, conviene conocer los hábitos cotidianos que pueden acortar su vida útil.

1. Usar recipientes inadecuados

No toda la vajilla es apta para el microondas. Los platos o tazas que contienen metal o partes de aluminio están totalmente prohibidos. Pueden producir chispas, dañar las paredes internas e incluso provocar una pequeña explosión. El resultado suele ser una deformación del interior y un aparato que deja de funcionar. La opción más segura es utilizar recipientes que estén claramente señalados como aptos para microondas.

2. No cubrir los alimentos

Cuando la comida salpica en el interior, la limpieza se vuelve tediosa, y ese desorden puede ocasionar algo más que una mala apariencia. Los restos acumulados pueden obstruir partes delicadas del mecanismo y provocar fallos. Usar una tapa especial o un film plástico perforado evita las salpicaduras, protege el aparato y además ayuda a que los alimentos se calienten de manera más uniforme.

3. Sobrecalentar la comida

Dejar que el microondas funcione demasiado tiempo o siempre a máxima potencia perjudica tanto al plato como al propio electrodoméstico. La comida pierde sabor y textura, mientras que el aparato corre el riesgo de sobrecalentarse. Un uso prolongado a esa intensidad desgasta sus componentes internos y puede causar averías graves. La medida más sencilla es ajustar bien el temporizador y evitar que trabaje sin necesidad.

Pequeñas reglas con gran impacto

Prevenir estos errores no exige un gran esfuerzo, pero marca la diferencia. Tratar al microondas con cuidado no solo evita reparaciones costosas o la compra de uno nuevo, sino que también aporta tranquilidad en la cocina.