19:23 03-12-2025
Quita el mal olor del lavavajillas con bicarbonato y vinagre
Generated by DALL·E
Descubre cómo eliminar el mal olor del lavavajillas con bicarbonato y vinagre. Guía paso a paso: limpia el filtro, programa un ciclo y evita moho y grasa.
Un olor extraño —o, siendo honestos, rancio— que sale del lavavajillas es una molestia frecuente en la cocina. Suele deberse a restos de comida atrapados, humedad persistente, moho o grasa escondida en rincones difíciles de alcanzar. Con el tiempo, todo eso se descompone y la máquina puede oler peor que el cubo de basura.
Por lo general, los principales sospechosos son el filtro, las juntas de la puerta o las paredes internas de la cuba, donde se acumulan partículas tras varios ciclos.
Qué elimina el olor con rapidez
Pese al tufo, la solución es sorprendentemente simple: bicarbonato de sodio combinado con vinagre. Juntos neutralizan los olores y desprenden la suciedad sin poner en riesgo el electrodoméstico. A veces, lo más sensato es lo más sencillo.
- El bicarbonato absorbe los malos olores y limpia con suavidad las superficies.
- El vinagre descompone los depósitos grasos y actúa como antiséptico natural.
- Usados a la vez, resultan especialmente eficaces.
Cómo usar bicarbonato y vinagre correctamente
Para devolver la frescura al lavavajillas, bastan unos pasos sencillos:
Limpia el filtro
Es el punto donde más a menudo se acumulan restos de comida. Un buen enjuague suele reducir el olor de inmediato.
Espolvorea bicarbonato por el fondo de la cuba
Una capa ligera basta para distribuirlo de forma uniforme.
Añade vinagre
Vierte un poco en una taza pequeña y colócala dentro de la máquina.
Programa un ciclo caliente
Durante el lavado, el bicarbonato y el vinagre reaccionan y limpian con suavidad el interior. Al terminar, el aire dentro suele ser notablemente más fresco.
Cuándo repetir la rutina
Si el olor vuelve pronto, conviene revisar:
- la limpieza de las juntas de la puerta,
- el estado de los brazos rociadores,
- si el agua se estanca en el fondo,
- si se realiza el cuidado básico después de cada ciclo.
El mantenimiento regular evita sobresaltos y ayuda a que el aparato dure más: un hábito sencillo que merece la pena.