07:57 30-11-2025

Aflojatodo casero mejor que WD-40 para pernos oxidados

Aprende a preparar dos mezclas penetrantes que superan al WD-40: recetas, proporciones y trucos para soltar pernos y tuercas agarrotados sin dañar las roscas.

En las reparaciones, la mano suele ir a lo conocido. El WD-40 parece un remedio para todo, y muchos dan por hecho que podrá con cualquier fijación agarrotada. Pero basta toparse con un perno que no se mueve desde hace décadas para que la seguridad se desvanezca. Se crispan los nervios, las roscas se pelan y un espárrago partido se convierte en una larga y poco grata sesión de taladro.

Quienes lidian con esto a menudo hace tiempo que recurrieron a alternativas. Cuestan menos y, aun así, deshacen las uniones más tozudas.

La primera mezcla: para los casos más duros

Esta opción se ideó para uniones viejas y agarrotadas donde los productos de uso diario se rinden. La mezcla no solo lubrica la rosca: ataca el óxido a nivel químico.

Qué hace falta:

Cómo prepararla:

El resultado es una fórmula activa que penetra a fondo en la rosca, rompe la capa de óxido y lubrica al mismo tiempo. En la práctica, la reacción arranca casi al instante y una tuerca que no cedía ni con llave termina saliendo sin pelea.

Hay contrapartidas: conviene agitar antes de cada uso. El pulverizador puede obstruirse por el lubricante seco, así que es más sensato preparar solo la cantidad que vayas a utilizar.

La segunda mezcla: estable y cómoda

Esta combinación va dirigida a quien busca un efecto potente sin la molestia de agitar cada dos por tres ni una boquilla pegajosa.

Componentes:

El proceso es el mismo: disuelve la grasa en el disolvente y después añade el aditivo. El líquido queda listo para usar al momento y se mantiene uniforme. En pruebas, esta mezcla redujo el par de afloje mucho más que el WD-40; la escala de la llave dinamométrica sencillamente no alcanzó para reflejarlo.

Por qué realmente funciona

El efecto llega por varios procesos que trabajan juntos:

Esta combinación hace a la mezcla más eficaz que la mayoría de los penetrantes habituales. El tornillo no se parte, la rosca no se arruina y la unión se separa sin drama. Entrarán en juego justo donde los productos estándar ya fallaron, permitiendo liberar piezas viejas y agarrotadas sin poner en riesgo ni roscas ni herramientas. Las reparaciones se vuelven más serenas y las sorpresas desagradables casi desaparecen; una previsibilidad que, en la vida real de garaje, suele valer más que un nombre famoso en la lata.