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Grifo que gotea: solución definitiva con arandela de cobre
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Aprende a reparar un grifo que gotea sustituyendo el aro de PTFE por una arandela de cobre y usando grasa adecuada. Guía duradera y sin repuestos costosos.
Un grifo que gotea es una pequeña molestia doméstica que, inexplicablemente, irrita más que muchas otras. Al principio el sonido apenas existe; luego el hilo de agua se vuelve evidente y, antes de que te des cuenta, estás cerrando la manija con las dos manos. Y todo esto puede pasar incluso después de montar un cartucho nuevo. ¿Por qué vuelve una y otra vez y qué lo soluciona de verdad?
Por qué gotea cuando las piezas parecen estar bien
Desmontar el cartucho suele dejarte con más dudas que respuestas. A simple vista todo está en orden: las juntas de goma están en su sitio y las placas cerámicas no están rotas. Sin embargo, el goteo sigue. La realidad apunta a un culpable minúsculo: un aro de PTFE escondido dentro del mecanismo. A medida que se desgasta, disminuye la presión sobre el paquete cerámico y el agua empieza a colarse incluso con el grifo cerrado. Un leve clic y pequeños regueros son las primeras pistas de ese desgaste.
Desmontaje: dónde está el eslabón débil
El proceso es así:
- desenroscar el cartucho del grifo;
- retirar la junta de silicona;
- sacar las piezas cerámicas;
- extraer con cuidado el anillo de retención;
- empujar el vástago, donde se encuentra la pieza gastada.
Ese pequeño aro de PTFE es el que provoca las fugas recurrentes. Sustituirlo por otra pieza igual solo ayuda por poco tiempo: el material vuelve a desgastarse con rapidez.
Una arandela de cobre en lugar del aro original
Existe una solución de la que casi no se habla y que consiste en prescindir del aro de PTFE. En la práctica, una arandela de cobre presiona las placas cerámicas con más firmeza y dura bastante más. Tras este cambio, el grifo retiene el agua con mayor consistencia. Quienes lo han probado cuentan que el problema se mantiene a raya durante mucho tiempo, incluso en condiciones de agua dura.
No pases por alto el lubricante
Hay un detalle fácil de ignorar. Incluso con buenas juntas, hace falta grasa, y no cualquiera. Usa grasa formulada para juntas de lavadora:
- no se lava con el agua;
- protege el caucho;
- mejora el sellado;
- evita que el agua se meta bajo la válvula.
Aplica una capa fina en las caras interna y externa de las juntas antes de volver a montar.
Qué aporta esta reparación
- El grifo deja de gotear.
- El cartucho dura varias veces más.
- No hace falta seguir comprando repuestos.
- El trabajo completo lleva unos 10–15 minutos.
Un ajuste sencillo que los talleres rara vez sugieren, pero que funciona: ataca la causa en lugar de maquillar los síntomas.