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Labios secos y agrietados: causas y cómo repararlos
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Guía sobre labios secos y agrietados: causas, productos recomendados (bálsamo con SPF) y hábitos clave de hidratación y protección para cuidarlos cada día.
Los labios secos y agrietados son un problema demasiado familiar para mucha gente. Los dermatólogos lo explican por la propia estructura de la piel: los labios apenas tienen glándulas sebáceas y su capa cutánea es muy fina. Por eso quedan especialmente expuestos a los elementos, un detalle fácil de pasar por alto en la rutina diaria.
Por qué se resecan los labios
Quemaduras solares. Bajo la radiación ultravioleta, los labios pierden humedad y pueden volverse duros y quebradizos. Quienes tienen la piel clara y las personas mayores de 45 años deberían extremar la protección solar en los labios.
Aire seco y calor. Con altas temperaturas o en interiores con poca humedad, los labios pierden agua más deprisa que otras zonas de la piel.
Frío. Las bajas temperaturas contraen los vasos sanguíneos, reducen el flujo y la piel se reseca y se agrieta con más facilidad.
Hábitos. Lamerse o morderse los labios acelera la deshidratación. Respirar por la boca también aumenta el riesgo de descamación.
Deshidratación y carencias nutricionales. Beber poca agua y los déficits de hierro o vitaminas del grupo B pueden manifestarse en los labios.
Alergias y cosméticos. Algunos bálsamos y barras de labios con fragancias, alcanfor o aceite de eucalipto, mentol y otros ingredientes pueden provocar irritación.
Enfermedades. Los labios secos pueden ser una señal de eccema, alergias, problemas de tiroides, ciertas enfermedades autoinmunes o un efecto secundario de medicamentos.
Cómo proteger y recuperar los labios
Elige bien los productos. Descarta las fórmulas con componentes irritantes; en su lugar, busca bálsamos con aceite de ricino, dimeticona, manteca de karité, petrolato y filtros UV. Y úsalos con regularidad: en días de calor o de frío, aplícalos varias veces. Para labios muy resecos, resultan mejores los bálsamos densos o las pomadas con petrolato. Aquí la constancia rinde más que la novedad.
- Protege los labios del sol. Un bálsamo con SPF 30 o superior ayuda a prevenir la sequedad y el daño por UV.
- Cambia los hábitos. Evita lamerlos o morderlos; intenta respirar por la nariz para reducir la pérdida de humedad.
- Mantente hidratado. Bebe suficientes líquidos para que el cuerpo no pase sed.
- Cuida la humedad ambiental en interiores. En temporada de calefacción, usa un humidificador u otros métodos para mantener un nivel cómodo.
- Consulta a un médico si sospechas un problema de base. Si la sequedad viene acompañada de llagas, mala cicatrización, mayor sensibilidad u otros síntomas, acude a un médico de atención primaria o a un dermatólogo.
Con los cuidados adecuados y algunos hábitos constantes, los labios se mantienen suaves y sanos todo el año. Es una rutina mínima con un beneficio seguro.