20:38 25-11-2025

Taman Negara: selva de 130 millones de años en peligro

Descubre Taman Negara, selva tropical de 130 millones de años en Malasia: biodiversidad única, historia viva y amenazas actuales. Por qué protegerla importa.

Cuando pensamos en rincones verdaderamente antiguos del planeta, suelen venir a la mente las pirámides y el arte rupestre. Y, sin embargo, Malasia guarda un lugar que antecede a esos hitos culturales: la selva tropical de Taman Negara, una de las más antiguas de la Tierra. Se estima que tiene unos 130 millones de años, de modo que es un testigo vivo de épocas en las que hasta los continentes tenían otra forma.

¿Dónde está este bosque?

Taman Negara se extiende por tres estados malayos —Pahang, Kelantan y Terengganu— y cubre más de 4.000 kilómetros cuadrados. La magnitud se entiende al instante: como si cuatro veces la ciudad de Moscú se fundieran en una sola inmensidad verde.

Lo que la distingue es su continuidad. Durante millones de años se ha mantenido en gran medida intacta, a salvo de los trastornos que reescribieron otros paisajes: sin convulsiones volcánicas, sin glaciares, sin sacudidas naturales devastadoras. Estación tras estación, ha evolucionado en silencio y conserva un carácter antiguo que roza lo intemporal.

¿Qué la hace especial?

Esa edad extraordinaria explica por qué Taman Negara alberga muchas plantas y animales raros que no se encuentran en ningún otro lugar. Los científicos señalan que bosques así actúan como un archivo natural, registrando la historia de la naturaleza a través de especies que fueron surgiendo a lo largo de decenas de millones de años.

Taman Negara no está solo en su longevidad. El bosque malayo de Belum–Temenggor, también con unos 130 millones de años, tomó forma en la misma era, cuando los dinosaurios aún recorrían la Tierra.

Un bosque bajo presión

La eternidad es una ilusión. Hoy estos ecosistemas encaran presiones contundentes: construcción de carreteras, tala de bosques y un clima que cambia. Cada golpe recae sobre un sistema que necesitó un lapso difícil de imaginar para formarse.

La verdad incómoda es que bosques como este no simplemente vuelven a crecer. Si desaparecen, nada igual de rico y singular los sustituirá. Lo perdido se perdería para siempre.

Por qué nos concierne a todos

Estos bosques son un bien público global. Purifican el aire, estabilizan el clima y regulan el ciclo del agua; funcionan como un engranaje esencial del planeta que sostiene la vida mucho más allá de sus fronteras.

Ciento treinta millones de años es la edad de un gigante natural que superó dinosaurios, edades de hielo y el auge y caída de civilizaciones. Que sobreviva siquiera el próximo milenio depende ya de las decisiones humanas.